Samuel Jaberg, swissinfo.ch / Traducción: Marcela Águila Rubín

Hijo de Alain Prost, Nicolas sueña, como Sébastien Buemi y Romano Grosjean, en disputar un día el Gran Premio de Fórmula 1. El francés, de 28 años y que vive en Suiza desde hace tiempo, hace todo para lograrlo.

Prost. Un apellido prestigioso que recuerda el final de los años 80 y las rivalidades entre el piloto francés Alain Prost y el brasileño Ayrton Sena. Con cuatro títulos de campeón del mundo, Alain Prost ocupa un buen lugar en los libros de historia del deporte automovilístico.

Hoy, su hijo Nicolas tomó el relevo. Como mucho otros descendientes de campeones, decidió -tarde, es cierto-, proseguir la vía trazada por su padre. Suizo de adopción -vive en Nyon, en el cantón de Vaud, desde la edad de un año-, Nicolas Prost habla de su carrera y sus ambiciones.

¿Cómo reaccionó al anuncio de la contratación de Romian Grosjean en Fórmula 1?
Era una consecuencia lógica y no me sorprendió. Tenía muy buenos resultados tanto en F3 como en GP2. Cuando corrí con él en Fórmula Renault, en 2004 y 2005, ya era ya muy bueno. Es muy agresivo sobre la pista, es su principal calidad. Una calidad que puede a veces transformarse en defecto. En su primer Gran Premio, en Valencia, tuvo un resultado convincente. Si logra crear una buena relación con el equipo técnico y sigue con ese ímpetu, creo que se impondrá durablemente en Renault. También hay consideraciones económicas y políticas que deben considerarse y que un piloto no controla nunca completamente.

¿Sueña con unirse algún día a Romian Grosjean o piensa ser demasiado "viejo" para la F1?
onducir un Fórmula 1 es el sueño de cualquier piloto. Pero es sobre todo una cuestión de oportunidades. Romian supo aprovecharla con Renault. No pienso tanto que la edad sea un problema. Hay pilotos relativamente viejos que son aún muy buenos. Pero no tengo una fijación sobre la F1. Actualmente conduzco un prototipo en el campeonato 'Le Mans-Serie'. Es seguramente el auto más bonito que existe después del Fórmula 1 y es un placer que no desprecio.

Su padre tiene buenos contactos con Ferrari. ¿Habría una oportunidad para el año que viene?
Hablé mucho con la gente de Ferrari en el invierno pasado tras la obtención de mi título en el campeonato de F3000. No es fácil integrarse a esa escudería. Incluso si hay actualmente un sitio libre con la herida de Felipe Massa, los lugares ya están más o menos ocupados para el año que viene. Aparte de un eventual sitio de piloto de prueba, pienso que será difícil entrar a Ferrari en 2010.

¿Hay otros equipos con los cuales cree tener alguna oportunidad?
No son cosas que se revelan en público. Puedo decirle solamente que tenemos contactos regulares con tres o cuatro equipos desde hace más de dos años. Pero será necesario que se libere un lugar de piloto de prueba para el año que viene. Tendría que saber más de aquí a dos o tres meses.

¿Por qué comenzó las carreras de autos hasta los 22 años?
Al principio, mis padres se oponían a que practicara este deporte. Me metí entonces en el esquí, luego en el golf, deporte que practiqué durante mis estudios en Estados Unidos. Mi padre quería preservarme de un medio en el que gravitan personas no siempre recomendables. Cuando era pequeño, tenía prohibido observar las carreras de mi padre por temor que asistiera a un accidente. Por supuesto, habrían podido pasar muchas cosas si hubiera comenzado antes, pero en el conjunto, no lamento nada.

Antes de comenzar su carrera automovilística, usted realizó brillantes estudios en Estados Unidos y trabajó en un banco en Ginebra. ¿Fue una apuesta correr el riego de dejar todo por este deporte?
Sí, asumí un riesgo, pero tenía un verdadero deseo. Hasta 2007 seguí trabajando media jornada en el sector bancario en Ginebra. Fue una buena experiencia pero no era lo que quería hacer toda mi vida. Pienso que mis estudios me sirven actualmente en mi profesión de piloto. Hubo una moda en los años 90 de atraer a pilotos muy jóvenes, hacerlos suspender la escuela y "formatearlos" para ser campeones. Esa manera de proceder dejó a muchos jóvenes en blanco. En la actualidad, la mayoría de los pilotos ha hecho estudios. Si a los 40 años, Romain Grosjean ya no quiere conducir autos, podrá darse el lujo de hacer otra cosa.

Su familia se instaló en Nyon, en el cantón de Vaud, en 1983. ¿Cómo se siente usted ahí?
Yo llegué a Suiza a la edad de un año. Nunca he vivido en Francia, no conozco bien ese país. Lo que me gusta aquí es la calma, la limpieza y el respeto a la gente. La calidad de vida es de verdad formidable. Es sobre todo por eso que mis padres se instalaron aquí hace 25 años. No me iría de aquí por nada del mundo. ¡Mis padres tampoco. Ellos consideran incluso solicitar la nacionalidad suiza!

¿Comprende usted que Romaain Grosjean haya decidido correr bajo la bandera francesa cuando siempre ha vivido en Suiza?
Es una elección que le pertenece. Cuando se corre en las categorías inferiores, es necesario buscar dinero. En Suiza, hay muchos apasionados, pero pocas sociedades suizas grandes se comprometen en el deporte automovilístico. Sin el apoyo de patrocinadores locales, se volvió hacia Francia para poder sustentar su pasión.

¿Con el apellido Prost es más fácil hacerse un sitio en el mundo del deporte automovilístico?
Hay a la vez ventajas e inconvenientes en el hecho de ser el hijo "de". Evidentemente, eso abre puertas y uno atrae una mayor atención. Pero luego, aunque uno supere las pruebas, algunos siguen afirmando que usted llegó ahí solamente por las relaciones de su padre. Con el tiempo logré construirme un caparazón e ignorar estas críticas.